En la década de 1930, el “Wunderteam” de Austria, dirigido por el entrenador Hugo Meisl, fue uno de los equipos más formidables del fútbol mundial. Con jugadores como Matthias Sindelar, el equipo austriaco deslumbró al mundo con su estilo de juego ofensivo y creativo, alcanzando las semifinales de la Copa del Mundo de 1934 y estableciendo un legado futbolístico importante.