Paolo Rossi, quien fue suspendido por corrupción en el fútbol en 1980, regresó a la selección italiana para el Mundial de 1982 en España. Su resurgimiento y actuación estelar, donde anotó seis goles y llevó a Italia al título, es una de las historias más inspiradoras del fútbol. Rossi se convirtió en el máximo goleador del torneo y en un héroe nacional.